La Comunidad
Este es un periódico virtual en el que hoy mostraremos en este día algunas de las noticias donde se dan opiniones de la ética y su relación con otros temas.
La ética en las redes sociales.
Podemos señalar que las redes sociales, siendo parte
importante de las tecnologías de la información, han influenciado abiertamente
en la construcción, pero también en el detrimento de algunos planteamientos
éticos y morales de la actual sociedad; reconsiderando la génesis de la ética
informativa, tales como el respeto a la intimidad familiar y personal, derecho
al honor y la buena imagen, derecho a la libertad de expresión, a la propiedad
intelectual, entre otros.
Al mismo tiempo determinamos como derechos y valores éticos,
otrora invulnerables, en razón al expansionismo casi incontrolable de estas
formas sociales de comunicación, hacen que estas puedan hacer peligrar los
derechos de los usuarios, llámense ”followers o fans”, afectando incluso
decisiones trascendentales como los destinos de una nación tal como se
evidencio en el “Brexit” y sus consecuencias aún por definir para la nación
inglesa en razón de su controvertida salida de la Unión Europea; de igual
consonancia podemos registrar también, bajo el mismo contexto, las pasadas
elecciones presidenciales de los Estados Unidos o en el caso colombiano los
resultados del plebiscito por la paz, lo cierto es que los resultados pueden
exceder el orden ético vigente en nuestra sociedad.
Finalmente, cabe cuestionarse si realmente la búsqueda de
notoriedad sin límites en lo ético y moral justifica la voracidad con la que
las redes sociales buscan “monetizar” y posicionar su modelo de negocio a
través de la indexación de publicidad, incluso llegando a generar falsos
escenarios, sustentados por el desarrollo de las “fake news” como productos de
un periodismo muy difundidos a través de ellas.
La salud
los experimentos médicos de los nazis en los presos de los
campos de concentración aumentaron las preocupaciones acerca de la
vulnerabilidad de los seres humanos en la investigación médica. Por otra, los
rápidos avances de la medicina en materias como la salud reproductiva, el trasplante
de órganos y la genética plantearon dudas acerca de los fines y los límites de
la tecnología médica. Por último, el surgimiento de los movimientos en defensa
de los derechos civiles durante la postguerra hizo que muchas miradas se
centraran en el desequilibrio de poder entre médicos y pacientes y la
consiguiente necesidad de que los pacientes pudieran controlar las decisiones
relativas al cuidado de su propia salud.
En los últimos años, se han realizado esfuerzos para ampliar
el alcance del análisis ético en la atención sanitaria con objeto de centrarse
de forma más directa en las cuestiones de salud pública.
A diferencia del tradicional énfasis de los expertos en
bioética en la relación médico-paciente, la ética de la salud pública se centra
en el diseño y aplicación de medidas para la vigilancia y mejora de la salud de
las poblaciones. Asimismo, la ética de la salud pública trasciende la atención
sanitaria para considerar las condiciones estructurales que promueven o
dificultan el desarrollo de sociedades sanas.
El aborto, desde un punto de vista ético
El aborto constituye un importante problema moral de
nuestros días. La relajación de las leyes contra el mismo, en muchos países, y
la propaganda en favor de más relajación, lo han puesto a la orden del día.
Necesitamos distinguir cuidadosamente entre la moralidad del aborto mismo y la
supuesta moralidad de su legalización.
El aborto espontáneo no es culpa de nadie. De lo que aquí
tratamos es del aborto inducido, que es provocado voluntariamente. Si se
persigue la muerte del niño como fin o como medio, se trata de un matar directo
y no de una simple exposición del niño a peligro, porque mediante dicho acto se
lo saca del único lugar en donde puede vivir, y se le pone en un lugar en donde
no puede vivir; no hay manera más eficaz de matar a una persona que esta. Nadie
puede pretender seriamente que el niño muere de causas naturales después que ha
nacido, porque no se le ha permitido nacer apropiadamente. Todo matar consiste
en contrariar la naturaleza, de tal modo que una persona muera de ello.
La situación es distinta si la muerte del niño nonato es
solamente indirecta, de modo que sólo sea permitida y no querida como un medio
o como un fin. La situación del aborto indirecto se produce cuando la madre ha
contraído alguna enfermedad grave (el embarazo mismo no constituye una
enfermedad, sino un estado natural) y el único tratamiento viable, ya sea
médico o quirúrgico, habrá de tener dos efectos, esto es: la cura de la
enfermedad de la madre y la muerte del niño. Este es el tipo de caso al que sí
puede aplicarse el principio del doble efecto.
Las redes sociales
El desarrollo de aplicaciones para las más populares redes
sociales es un aspecto que no escapa de esa discusión, donde se plantea el
cumplimiento de la ley, así la actitud sea éticamente incorrecta.
Es necesario considerar el desconocimiento de muchos
aspectos de estas herramientas en la gran mayoría de usuarios de las redes
sociales. Muchos de ellos, llevados por su curiosidad y deseo de estar en
contacto con las personas a su alrededor, se registran en una red aceptando
ciegamente los términos y condiciones relativos a dicho sitio web.
En ese momento comienza una cadena de actitudes
desafortunadas, tanto por parte del nuevo usuario, como de quienes quieran
aprovecharse de su falta de conocimiento.
Las redes sociales cuentan con un perfil público donde el
usuario puede configurar su nivel de privacidad, de esa manera está en sus
manos la cantidad de información que quiera publicar a quienes puedan no tener
ninguna relación directa con él.
El desconocimiento por parte de muchos usuarios de esas
políticas es un aspecto común, no es raro buscar alguna persona en el
directorio de la red y encontrar todos sus datos sin siquiera enviar una
petición de amistad y sin que ésta sepa que sus datos están expuestos a todo el
público.
Mucho se ha argumentado acerca de los límites de la ley y la
aplicación de la ética en su cumplimiento. Cuando un programador saca provecho
de las ventajas que tiene sobre todos los que no poseen conocimientos
informáticos avanzados, no está violando ninguna ley, peor aún cuando esas
personas han aceptado poner sus datos a disposición de un tercero, así sea de
manera involuntaria.
No obstante, surge la pregunta, ¿ese programador es ético?
La cuestión se sale de los alcances de la legislación y depende única y
exclusivamente de la concepción del bien y el mal de cada persona.
¿Hay ética en la medicina?
No se puede hablar de un sistema de atención a la salud sin
que vengan a la mente ideas relacionadas con su compromiso moral. En un muy
amplio sentido, la atención a la salud lleva implícita la búsqueda del bien
para seres humanos, sean individuos sanos o enfermos, sean grupos aquejados de
algún problema o a los que se trata de evitarlo al realizar acciones
preventivas.
Algunos consideran que los problemas de la genética y la
genómica no son médicos. A pesar de lo discutible del punto, se puede
sostener que en esencia sí lo son, particularmente por los alcances de las
posibles consecuencias de la aplicación de estos conocimientos. La preocupación
central de la medicina y, por supuesto la del médico, es el bien de los
pacientes y la responsabilidad moral que su búsqueda implica. En este sentido,
la mayor parte de la problemática moral y de la reflexión ética que suscita, se
dan alrededor de la relación médico–paciente.
La suma de la autonomía del paciente como concepto básico,
permite modificarla posición tradicional del médico, paternalista, para
buscar una corresponsabilidad en la toma de decisiones, misma que lleva en sí la
ventaja de que los puntos de vista del paciente y su familia entran en juego.
Las decisiones no pueden ser solamente técnicas. Involucran múltiples factores
que dependen de las características y condiciones de todo ser humano, de cada
caso médico en particular. Por ello, tomar en cuenta opiniones, saberes e
inquietudes del paciente y su familia, en el caso en que esto sea factible,
permitirá disponer de una mayor y mejor posibilidad de hacer las cosas de forma
conveniente.
Por otra parte, la dimensión actual de la salud pública trae
consigo otros problemas morales: se debe tener en cuenta la responsabilidad de
la sociedad y del Estado en la búsqueda de la salud de sus miembros. Junto a
este compromiso poblacional, también se debe considerar la necesidad de hacerlo
con la intención de alcanzar condiciones de justicia social, en lasque la
distribución de los recursos para la salud sea accesible a todos, además de
equitativa. En este sentido, los asuntos económicos, de costo–beneficio, de
eficiencia y eficacia de las medidas terapéuticas y preventivas toman un papel
preponderante.
También es necesario considerar que la actitud moral del
médico y su capacidad de reflexión ética, son principios básicos para que
alguien sea considerado como un buen médico. Sin embargo, debe tenerse en
cuenta que, por supuesto eso no basta, se requiere otro aspecto, el
conocimiento adecuado, actualizado y pertinente para el contexto en el que
desarrolle su actividad profesional.
La primera y fundamental obligación moral del médico tiene
que ver con el conocimiento, con la capacidad, con el manejo de los procesos
diagnósticos y de los esquemas terapéuticos más indicados, en una palabra, con
su preparación. En ese sentido, se debe entender que esta es una
responsabilidad que requiere de la actualización continua y sistemática del
médico. No basta con haber sabido, con haberse formado en la escuela o en la
residencia con un nivel adecuado. Privar a un paciente de una posibilidad
terapéutica conveniente es algo inadmisible. Actuar por omisión o por comisión
es absolutamente rechazable.
Integrantes:
Julian Eduardo Anaya Mayagoitia
Luis Armando Becerra Guzmán
Luis Alejandro Saucedo Rubalcaba
Juan Carlos Rodríguez Izquierdo
Integrantes:
Julian Eduardo Anaya Mayagoitia
Luis Armando Becerra Guzmán
Luis Alejandro Saucedo Rubalcaba
Juan Carlos Rodríguez Izquierdo